#EscritoresEspañoles
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
Enamorarse es fácil. Uno puede enamorarse —sin demasiado esfuerzo— varias veces al día, a nada
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Esta noche, por lo que a mí respecta bien podría saltar el mundo en mil pedazos. Por qué no. Y nosotros con él. Acabar. Echarle de una vez