#EscritoresEspañoles
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,
Enamorarse es fácil. Uno puede enamorarse —sin demasiado esfuerzo— varias veces al día, a nada
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca
No hay nada gratis. Ni siquiera lo que es gratis es gratis de verd… Siempre te lo descuentan
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados