#EscritoresEspañoles
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Después de haber visto el mundo, a través de una botella, durante más de quince años, ahora –pasada ya la cumbre de la r…
Ándate con cuidado, que no se entere nadie de que lo pasas bien, que tu vida funciona, y eres feliz a ratos.
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
Ya poseemos casi todo lo que nos iba a hacer felices. Puede decirse
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados