#EscritoresEspañoles
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
Hace unos minutos que ha recibido la llamada, y desde entonces no ha soltado el… Qué tristes son las lágrimas de un viejo,
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
Después de haber visto el mundo, a través de una botella, durante más de quince años, ahora –pasada ya la cumbre de la r…
Un paquete de tabaco, un libro de poemas, cuarenta duros para tomar unas cervezas... Poca cosa, es verdad:
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Ándate con cuidado, que no se entere nadie de que lo pasas bien, que tu vida funciona, y eres feliz a ratos.
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
Ya poseemos casi todo lo que nos iba a hacer felices. Puede decirse
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…