POESÍA JAPONESA
No quieres a nadie solo a tu cocaína no sabes querer te abrí una puerta a la libertad tú la cerraste con llave.
Sintió la sangre correr abrasadora… como un sendero liquido haciendo que se quemara que la locura del deseo se desatar… Gemidos en un dormitorio
Esa pasión que me cegó por ti me llevó al cielo. Amén, amén te digo amada mía
Llega el ocaso el lobo quieto otea. Se oyen cigarras. Cae en cascada el agua entre las piedras.
Crucé puentes más allá del horizon… dónde muros me impedían ver la vid… los salté con la fuerza que da el… de la agonía. Corrí el riesgo de perder la esper…
Que se te caiga la venda, mujer, deja que se te caiga. Enséñale al viento tus heridas. Deja que sanen,
Ella tenía un hablar sedoso, que acariciaba, una mirada verde, suave como el terciopelo. Sus manos tienen gráciles
Se van los años tejiendo sus días han dejado retazos de recuerdos en esta alma mía.
¡Allí estaba el ataúd! Tenía que verme, saber que de verdad era yo. Me acerqué lentamente y, casi muero, si es que no estaba muerta ya, ¿Qué me han hecho? ¡Esa no era yo! Era una muñeca...
Cálida noche en la charca las ranas luna en el lago Toquilla arropa bebés sueños felices
Me desperté al despuntar la aurora, con el olor a soledad. Me encontré con mi pasado, me ha venido de golpe
Cobarde y maldito amor me rompiste en mil pedazos ¿Cómo extirpar el dolor? De aquellos tristes rechazos. De una imagen sin color,
No puedo darte lo que no siento por ti el amor murió a base de olvidos y meses de soledad. Que el amor hay que cuidarlo
Soy la mujer libre, que avanza entre el aire tumultuoso del tiempo. Soy la mujer que
La niña enamorada sonríe bobamente los ojos abstraídos ve en las nubes mil corazones