En medio del invierno pensativo Manhattan seguía siendo en mi cabeza sólo una canción, para recordar a un hombre.
Bajo el ala de la noche que deja su huella imprecisa bajo la sombra del corazón repudiado
Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando por los huesos
Me disuelvo en la magia giro en medio del fruto pulposo
Yo imaginaba peces inverosímiles bajo ese mar que era –entre ocres… de un verde titubeante, cuando el ferry ancló en Ellis Is…
Yo miraba tus manos e inventaba historias de aleteos sobre mis pechos, de roces suavísimos
Casi podría decirte devorada por la angustia me asomo a la vieja cueva prohibida donde habitan
Times square Il pleut dans mon coeur... Verlaine Bulle la colmena —sin aparente propósito—
A tu ancho cuerpo de jade y plata vuelvo, jinete de manos verdes y pleno cuerpo verde de fosforescencias nocturnas.
Un desangrarse lento remontable hasta la más pérfida belleza hasta el misterio de la carne iner… un ciego encadenarse
Mentira: el perfume la voz el encaje la mujer de plástico
Los incrédulos repetirán —una y otra vez— tu nombre, como lo hago yo en esta noche de turbia embriaguez
Tengo miedo. Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando
Te propongo la dulzura del higo, su carne sonrosada, replegada y húmeda como un animal marino.
Nada he sido nada soy sino escondida isla sin pájaros ni habitantes