Subite a mis sueños
que estoy despegando,
ajusta el cinturón,
abandona ese llanto.
Deja que este pobre
y absurdo payaso
pueda divertirte... dejame intentarlo.
Subite a mis sueños
de reyes sin rango,
de historias sin dueños
de amores buscados,
porque el sueño existe
y soñar no es pecado.
Subite a mis sueños
de noches sublimes,
de pastos que huelen,
de flores que embriagan,
de lunas que ríen,
de amantes que se aman.
Subite a mis sueños
porque si al bajarte
y al mirar tus ojos
sigues aún llorando,
me habrás convencido
que el sueño no existe,
porque yo no pude
o vos no quisiste... tomarlos prestados.