Sin brillantes ni diademas,
sin luz verde, ni esmeraldas,
sin dueños ni patronatos
sin anillos ni mortajas.
sin deseos pasajeros,
sin reloj e ideas vanas,
sin poses que hagan alarde,
sin gritos, golpe o amenaza,
sin protocolos extensos,
sin ataques de importancia,
despojados ante Dios,
pidiéndole sin tardanza
Ponga su mano en los hombros,
la sola expresión alcanza,
"y la Paz sera quien guíe,
los propósitos del alma”.