A Carlos Fuentes
#EscritoresMexicanos (1962-1968) Este Ladera
Sombra, trémula sombra de las voce… Arrastra el río negro mármoles aho… ¿Cómo decir del aire asesinado, de los vocablos huérfanos, cómo decir del sueño?
Toda la noche batalló con la noche… ni vivo ni muerto, a tientas penetrando en su substan… llenándose hasta el borde de sí mi… Primero fue el extenderse en lo ob…
La noche de ojos de caballo que ti… la noche de ojos de agua en el cam… está en tus ojos de caballo que ti… está en tus ojos de agua secreta. Ojos de agua de sombra,
Seré breve. Sin embargo, como el tiempo es elástico, ustedes tendrán que oírme durante ciento ochenta largos segundos. Vivimos no sólo el fin de un siglo sino de un período histórico. ¿...
El comienzo el cimiento la simiente latente la palabra en la punta de la lengu…
Por el arcaduz de sangre mi cuerpo en tu cuerpo manantial de noche mi lengua de sol en tu bosque artesa tu cuerpo
quote| La treiz… et c’est toujours la seule—ou c’es… car es—tu reine, ô toi, la premièr… es—tu roi, toi le seul ou le derni… Gérard de Nerval (Arthémis)
¿Por qué tocas mi pecho nuevamente… Llegas, silenciosa, secreta, armad… tal los guerreros a una ciudad dor… quemas mi lengua con tus labios, p… y despiertas los furores, los goce…
A través de la noche urbana de pie… entra el campo a mi cuarto. Alarga brazos verdes con pulseras… con pulseras de hojas. Lleva un río de la mano.
Por buscarme, Poesía, en ti me bu… deshecha estrella de agua, se anegó en mi ser. Por buscarte, Poesía, en mí naufragué.
Mis manos abren las cortinas de tu ser te visten con otra desnudez descubren los cuerpos de tu cuerpo Mis manos
Cantan los pájaros, cantan sin saber lo que cantan: todo su entendimiento es su gargan… La forma que se ajusta al movimien… no es prisión sino piel del pensam…
Con un trapo y un cuchillo contra la idea fija Contra el toro del miedo Contra la tela contra el vacío el surtidor
En fila ordenadas regresamos y cada noche, cada noche, mientras hacemos el camino, el breve infierno de la espera y el espectro que vierte en el oíd…
El enorme perro abrió los ojos, pegó un salto y arqueando el negro… bien plantado en sus cuatro patas, aulló con un aullido inacabable: ¿qué veía con seis ojos inyectados…