Caricamento in corso...

UN CANTO A GUIMAR

Nací y fui bautizada en la villa de Güimar,
la fecha se perdió entre miles y tantos recuerdos.
Lo que sí sé es que recibí el agua bautismal
en esa hermosa y emblemática iglesia parroquial
a la que, ya adolescente, visitaba de cuando en vez.
Lo que sentía envuelta en su penumbra, no lo recuerdo
¿pensaba... ¿soñaba...?¿rezaba ...? ¿lloraba tal vez?
entonces no había horarios en la casa del Señor.
 
Cuantas veces hoy he añorado la fresca penumbra
que se esconde sigilosa tras la puerta cerrada
y mi ardiente deseo abre esa puerta atrancada.
Navego entonces con la paz, el perdón y el olvido,
sumergida en lejanos mares de suave oleaje
sabiendo que en la barca, Dios rema conmigo.
 
Los años de ausencia mitigaron los recuerdos
de la niña fantasiosa, solitaria y sensible
que convertía  en niños dormidos de nácar y rosa
de las lejanas cumbres, sus formas caprichosas
que el repique sonoro en la iglesia lejana
anunciando que un ángel hasta el cielo volaba
hacía que sus ojos fijos en lo alto, febril, lo buscara.
 
Desde la vieja  casa donde nací y viví por años
en la que pase mi niñez y mucho de mi adolescencia
contemplaba Las Rosas al pie de las verdes laderas
y la flor silvestre asomando por las carreteras
un mar siempre azul y quieto por la lejanía
la  Montaña Grande inmensa, lejana y hermosa,
los lomos: El Grillo, El Medio, El Grande.
Y un cielo cambiante de azules, púrpuras y rosas.
 
Como olvidar mis correrías y andanzas de niña
sus blancas casitas de teja y patios floridos
uvas en racimos, tupidos parrales, sol y colorido
sueños y recuerdos por los caminos perdidos
buenos y malos, algunos dulcemente recordados
¡cuán pocos me quedan! ¡y cuántos se han ido!
 
Y la plaza de viejos bancos y árboles frondosos
fiestas patronales, conciertos, turrón de gofio y azúcar
traje nuevo, ilusiones: adolescencia dulce y amarga
risas y llantos, corto el tiempo ¡la vida cuan larga!
y Nazareth, el entonces lejano colegio, tan recordado
las gotas de lluvia, el silbar del viento en los ventanales
árboles, sol y sombras, remembranzas de un feliz pasado.
 
A tus tradiciones, tu folclore, tus fiestas y tu gente
a tus laderas, tus cumbres, tus calles y tus plazas
al azul intenso y luminoso de tu cercano mar
mi humilde y sentido canto para ti: Valle de Güimar
y al hombre que un día escribió y leyó un pregón
con palabras que removieron mis dormidas raíces
mil gracias por poner en mis labios este canto de amor

Publicado en el libro "Vivir y Soñar"

#Canto #España #Güímar #Niñez #Recuerdos #Tenerife #Vivir Soñar y

Altre opere di Mary Rodríguez Mesa De Pastrana...



Top