#EscritoresMexicanos Poesía romanticismo romántica,
¡Y bien! Aquí estás ya..., sobre… donde el gran horizonte de la cien… la extensión de sus límites ensanc… Aquí, donde la rígida experiencia viene a dictar las leyes superiore…
Página en que la esfinge de la mue… con su enigma de sombrea nos provo… ¿Cómo poderte descifrar, si es poc… toda la luz del sol para leerte?
Después de que el destino me ha hundido en las congojas del árbol que se muere crujiendo de dolor, truncando una por una
Sonaron las campanas de Dolores, voz de alarma que el cielo estreme… y en medio de la noche surgió el d… de augusta libertad con los fulgor… Temblaron de pavor los opresores
¿Quieres oír un sueño?... Pues anoche vi la brisa fugaz de la espesura que al rozar con el broche de un lirio que se alzaba en la pr…
Hubo una selva y un nido Y en ese nido un jilguero Que alegre y estremecido, Tras de un ensueño querido Cruzó por el mundo entero.
¡Entrad!, en mi aposento Donde sólo se ven sombras, Está una mujer muriendo Entre insufribles congojas... Y a su cabecera tristes
Porque eres buena, inocente Como un sueño de doncella, Porque eres cándida y bella Como un nectario naciente. Porque en tus ojos asoma
Ante el recuerdo bendito De aquella noche sagrada En que la patria aherrojada Rompió al fin su esclavitud; Ante la dulce memoria
Medio oculta entre la selva Como un nido entre las ramas, Y medio hundido en el fondo Tranquilo de una cañada, Allá por aquellos tiempos
Aún era yo muy niño, cuando un día… Cogiendo mi cabeza entre sus manos Y llorando a la vez que me veía “¡Adiós! ¡Adiós!” me dijo; “Desde este instante un horizonte…
Era muy niña María, todavía, cuando me dijo una vez: —Oye, ¿por qué se sonríen las flores tan dulcemente,
Aliento de la mañana Que vas robando en tu vuelo La esencia pura y temprana Que la violeta lozana Despide en vapor al cielo.
Iba llorando la Ausencia con el semblante abatido cuando se encontró en presencia del Olvido, que al ver su faz marchitada,
Esta hoja arrebatada a una corona Que la fortuna colocó en mi frente Entre el aplauso fácil e indulgent… Con que el primer ensayo se perdon… Esta hoja de un laurel que aún me…