#EscritoresMexicanos Poesía romanticismo romántica,
¡Pues bien!, yo necesito decirte q… decirte que te quiero con todo el… que es mucho lo que sufro, que es… que ya no puedo tanto, y al grito… te imploro y te hablo en nombre de…
¡Qué triste es vivir soñando En un mundo que no existe! Y qué triste Ir viviendo y caminando, Sin fe en nuestros delirios,
Cuando tu broche apenas se entreab… Para aspirar la dicha y el content… ¿Te doblas ya y cansada y sin alie… Te entregas al dolor y a la agonía… ¿No ves, acaso, que esa sombra imp…
La muerte no es la nada Sino para la chispa transitoria Cuya Luz ignorada Pasa sin alcanzar una mirada De la pupila augusta de la histori…
A mi querido amigo Manuel Roa. Humanidad pigmea, tu que proclamas la verdad y el Cr… mintiendo caridad en cada idea: tu que, de orgullo el corazón beod…
Pues, señor, dije yo, ya que es pr… puesto que así lo han dicho en el… que rompa ya la bendecida prosa que preparado para el caso había, y que escriba en vez de ella algun…
Si supieras, niña ingrata, Lo que mi pecho te adora; Si supieras que me mata La pasión que por ti abrigo; Tal vez, niña encantadora,
Goza, goza, niña pura, Mientras en la infancia estás; Goza, goza esa ventura Que dura lo que una rosa. —¿Qué?, ¿tan poco es lo que dura?
¿Quieres oír un sueño?... Pues anoche vi la brisa fugaz de la espesura que al rozar con el broche de un lirio que se alzaba en la pr…
¡Entrad!, en mi aposento Donde sólo se ven sombras, Está una mujer muriendo Entre insufribles congojas... Y a su cabecera tristes
Tres eran, mas la Inglaterra Volvió a lanzarse a las olas, Y las naves españolas Tomaron rumbo a su tierra; Sólo Francia gritó: «¡Guerra!»
Esta hoja arrebatada a una corona Que la fortuna colocó en mi frente Entre el aplauso fácil e indulgent… Con que el primer ensayo se perdon… Esta hoja de un laurel que aún me…
Después de que el destino me ha hundido en las congojas del árbol que se muere crujiendo de dolor, truncando una por una
Junto a una pulquería cuyo título es “Los godos” disputaban dos beodos la tarde de cierto día. Yo pasaba por fuera
Ese era el cuadro que, al romper l… sus velos de crespón, alumbró, atravesando las ventanas, la tibia luz del sol: un techo que acababa de entreabrir…