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ESTUPIDO

Paola Marcela, dónde quieras q' te encuentres , PERDONAME!

Soy de la era del Bronce,
de una era, donde los hombres eran semidioses guerreros,
Y las mujeres eran granDiosas!
 
Vi caer y arder mi adorada Troya y combatí, hasta el último aliento, defendiendo sus murallas;
 
También sacrifiqué mi “Ifigenia”, eran los tiempos en q’ los dioses concedían deseos...,
pero exigían costosos sacrificios;
 
Y sacrifiqué por tí,
a mi adorada MARCELA.
 
En “casa de citas”
un sábado,
en una noche lluviosa,
me despedí de ella,
le dije:
 
—Marcelita, creo q’ he encontrado al amor de mi vida...
 
Y allí en ese andén, ella sonrió, me miró con melancolía,
y me respondió:
 
¿Para eso me trajistes aquí,
era la despedida...?
Y yo q pensé q’ era otra cosa!
 
Me tomó de las manos,
me dió un beso lenitivo en la mejilla,
me miró con su amor enjuagado en lágrimas,
y dijo:
 
¡Jorge Luis, eres un estúpido!
 
Tomó el primer taxi q’ pasaba,
y más nunca volví a ver
a esa mujer grandiosa!
 
Aún recuerdo su aroma a Bond Streep o channel,
se me quedó pegado en las paredes frías de mi conciencia;
 
fue un problema de autoestima...
Pensé q’ esa mujer tan sofisticada,
era tan demasiado...
para mí
y q’ no la merecía;
 
Después, como siempre,
me arrepentí,
Sacrifiqué a mi Marcelita,
por tí;
 
por nada, por nada!
 
Es que los dioses de la era del bronce no dan nada completo, siempre se burlan de las hiperestesias mundanas...
 
Ahora, por esas mismas calles arrastro mis cadenas, murmurando esta oración:
 
—Por mi culpa,
por mi culpa,
por mi grandísima culpa,
por ser tan estúpido,
por eso soy tan desgraciado!

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