(1950)
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Éste que veo, cielo, y no otro, ll… De arrebolados astros, de mármoles… Cuyas astas son todo lo que hay co… ¡Oh la gran llama azul del cielo y… Y la noche que se agita de ciervos…
estupendo Amor AmAr el mAr y vivir sólo de Amor y mAr y mirAr siempre el mAr con Amor
Después de todo lo que he visto En la vida sigo creyendo Que no hay nada más sencillo Ni más bello Que una botella de vino
Maldita noche, el fuego de la luna… El tiempo que se esconde entre las… Los pájaros, el sol que sucede A tu garganta oscura. ¿Es también Tu mano temblorosa la que cruza
Para vivir bien no es suficiente..… Abrir el refrigerador Y encontrar pollo asado Y mermelada. Es necesario además Tener hambre de liz
De pronto la conversación Se volvió oscura Ninguno de los dos entendió Al otro. Desapareció el teléfono El agua y la luz dieron origen
Cuando el momento llega y llega Cada día el momento de sentarse hu… A defecar y una parte inútil de no… Vuelve a la tierra Todo parece más sencillo y más cer…
Camino entre mi sombra Y la sombra de los pinos. Mi cuer… Es un puñado de hierba a la deriva Y el bosque azul que me rode Soy yo mismo que respiro. Y a no…
Lo que quiero decir Es que no tengo nada que decir Que todo lo que digo Lo digo solamente Solamente lo digo
Quién sabe en qué brazo divino, al… La oscura vivienda terrestre repos… Cuando sobre la nieve de casas dor… El mágico gallo su alba sostiene,… Dorado que asoma en la noche. Ser…
Sigo llenando papeles Como si fueran hojas secas Sigo escribiendo del cielo Sin comprender la tierra Y de la tierra
Escucho su muerte resonante ¡oh mo… Como glauca música, y mi respeto e… Y oscuro como la oruga ante el sol… Yo soy el desdichado aceite que re… En una grieta de la tierra.
Si alguna vez confundes Tu corazón con tu sexo y tu sexo Con un saxofón que llora En una calle oscura O si derramas amor a manos llenas
Escribo orejas solamente orejas No sé por qué pero no escribo uñas Ni corazón ni pestañas No sé si escribo o si tan sólo res… Ya no distingo entre el invierno
Hay una estatua en Florencia Que nadie conoce Pero que me ofrece Todo el mármol de su cuerpo Y su sonrisa cansada