Amigo de mis horas de tristeza, Ven, alíviame, ven. Por las llanu… Desalado arrebátame, y perdido En la velocidad de tu carrera, Olvide yo mi desventura fiera.
Si la pálida muerte se aplacara Con que yo mis riquezas le ofrecie… Si el oro y plata para sí quisiera… Y a mí la dulce vida me dejara; ¡Con cuánto ardor entonces me afan…
Al brillar la razón a su alma pura… Miró los males del doliente suelo: Gimió; y los ojos revolviendo al c… Voló buscando perenal ventura.
Con dulce llanto bañarán gimiendo El yerto corazón de Childe-Hárold Las vírgenes de Grecia. Su cadáve… Descansará en su patria, circundad… Por los huesos de sabios y de fuer…
¡Qué! ¡De las ondas el hervor ins… Mece por fin mi lecho estremecido! ¡Otra vez en el Mar!... Dulce a m… Es tu solemne música, Oceano. ¡Oh! ¡cuántas veces en ardientes s…
Cuando en mis venas férvidas ardía la fiera juventud, en mis cancione… el tormentoso afán de las pasiones con dolorosas lágrimas vertía. Hoy a ti las dedico, Esposa mía,
¿Por qué el tiempo en sus alas fug… Llevó el siglo dichoso En que abrasaba el pecho en llamas… El canto poderoso, Y a los míseros siervos alentaba
Triunfante Sila, cuyo carro fiero En las ruedas giró de la fortuna, La antigua libertad desde tu cuna Fue tu divinidad, tu amor primero. Pero la Roma vil en que viviste
¡Cómo exalta y diviniza El rostro de la hermosura La expresión celeste y pura De la sensibilidad! ¡Cuán estático, mi amiga,
Desde el suelo fatal de su destier… Tu triste amigo, Emilia deliciosa… Te dirige su voz; su voz que un dí… En los campos de Cuba floreciente… Virtud, amor y plácida esperanza
Hija de la beldad, ninfa divina, ¿Cuál es el alma helada Que al girar de tu planta delicada No se embriaga en placer? La orqu… Y al compás de sus ecos presurosos…
Reina el sol, y las olas serenas Corta en torno la prora triunfante… Y hondo rastro de espuma brillante Va dejando la nave en el mar. “¡Tierra!” claman: ansiosos miramo…
De Roma esclava defensor augusto, De Utica en la ribera miserable Opónese Catón, inexorable A César vencedor y Jove injusto. Ajeno de furor, libre de susto,
Templad mi lira, dádmela, que sien… En mi alma estremecida y agitada Arder la inspiración. ¡Oh! ¡cuánt… En tinieblas pasó, sin que mi fren… Brillase con su luz...! Niágara u…