#EscritoresMexicanos
Hoy me quito la máscara y me miras… Y ves en mis paredes los trozos de… Donde habitaban tus retratos, Y arriba ves las cicatrices de sus… De aquel rincón manaba el chorro d…
A esta hora ese telegrama amarillo Ya sólo trae malas noticias: Un hombre, yo, tan agobiado... ¡Cómo abre —¡qué lívida!— Sus ventanas, leyéndolo, mi casa!
Palabras oscuras, que entonces Me parecían, ¡ay!, tan claras. Hoy me estaría aquí pensando Hasta el alba, desesperadamente, Sin arrancarles un sentido:
Tierra que la guarda ahora —Montoncito de tierra Y un poco de savia en los árboles—… Ramas sin marzo, sin viento, Metálicas, más de luna
Por senderos de hienas se sale de… Si se supo ser hiena, Si se supo vivir de los despojos De la esposa llorada más por los f… Poeta viudo de la poesía,
Las cosas que entran por el silenc… Sabemos, porque nos dejamos olvida… Soledad llega por los espejos vací… Rompiendo las vitrinas de museo; l… Granadas para que entre el grillo…
Alcohol, albur ganado, canto de ci… Sólo su paz redime del Anciano de… Y de su erudita tortura. Alcohol, ancla segura y abolición…
¿Y aquel otro Caminito del cielo Por donde anoche fueron Nuestros ojos? Cuatro príncipes iban sobre él;
Encima de la vida, inaccesible, Negro en los altos hornos y blanco… Y amarillo en las hojas supérstite… Para fumarlo a sorbos lentos de co… Para esculpir sus monstruos en las…
Niño Abril me escribió de un pueb… Por completo silvestre, por comple… Pero yo con mi sombra estaba Haciendo sube y baja En balanza de aire, a la ventana,
¿Nada de amor —¡de nada!—para mí? Yo buscaba la frase con relieve, l… Hecha carne de alma, luz tangible, Y un rayo del sol último, en tanto… El confuso piar de mis polluelos.
Corolas de papel de estas cancione… Se abren cuando al alba Nocturna de la lámpara Rompe a cantar ociosa La ternura enjaulada entre los ded…
Preso mejor. Tal vez así recuerde Otra iglesia, la catedral de Taxc… Y sus piedras que cambian de forma… Las calles ebrias tambaleándose po… Y no lo sé, pero es posible que ll…
Todos los días 4 son domingos Porque los Owen nacen ese día, Cuando Él, pues descansa, no vigil… Y huyen de sed en sed por su delir… Y, además, que ha de ser martes el…
Y saber luego que eres tú Barca de brisa contra mis peñascos… Y saber luego que eres tú Viento de hielo sobre mis trigales… Frágil contra la altura de mi fren…