POESÍA JAPONESA
Ecos de amor se oyen en la distancia gimiendo versos. Se oyen arpegios de aquel antiguo piano,
A aroma de eucalipto me huele tu cuerpo por la mañana. Enciendes mi alma, como hoguera en llamas.
Estoy en la cama pensando en todo lo que estamos pasando los comercios arruinados trabajadores parados. Las mascarillas están de moda
Hay un hueco en mi corazón cuando te miro, mi musa, beso tu alma, abrazo tu vida, soy tu poetisa, mi niña. Yo no soy pintora ni poetisa,
Y lloran sangre los salones del rey muerte inocente cuerpo de la princesa en la cama sin vida
Lágrimas de hielo resbalan lentamente, amores perdidos poemas inacabados; un cielo negro
Me vestí con tu cuerpo me envolví con tus brazos, respiré cada
Una vez en la playa del fin del mu… El aroma del mar miente cuando env… El mar nunca podrá borrar las marc…
Me siento expulsada del paraíso tirada en un enorme desierto donde no hay oasis odiando tus entrañas camino dejando mis huellas muertas…
Hace días que no abrazo las palabras, días que las letras están encerradas en mí maltrecha existencia.
He buscado a Dios Entre las lecturas del Evangelio Y las oraciones de niño. Lo he buscado en las ofertas de lo… Y en las charlas de un sacerdote.
Lo reconozco: Me enamoré así, de lejos con cincuenta mundos de distancia, los fui saltando uno a uno, allí estabas con los brazos abiert…
Aprovecha el día de hoy. No dejes que termine sin haber cre… sin haber alimentado tus sueños. No te dejes vencer por el desalien… derecho de expresarte, que es casi…
En el Sacromonte bailando, está la gitana morena, Mirándola, la luna llena; volantes revoloteando. A ella le dan una azucena,
Ella tenía un hablar sedoso, que acariciaba, una mirada verde, suave como el terciopelo. Sus manos tienen gráciles