POESÍA JAPONESA
Ojos del alma azabache cabello nácar su cara En alta mar rompiendo va las olas
Tenemos un contrato con una sola cláusula: “siempre juntos”. Me pregunto sí lo cumpliremos en estos
Pasar la noche bebiendo de tu boca sorber tu vida en este ocaso ardiente. Detengo el tiempo,
Un chico malo disparaba a su enamorado mientras ella le hacía una felación. Hincó con fuerza los dientes, arrancó un trozo de pene. Rosas carmesí envueltas en polvo blanco; le hicieron ...
Y lloran sangre los salones del rey muerte inocente cuerpo de la princesa en la cama sin vida
Mis pies con diamantes brillan como las estrellas de noch… tu lengua pérfida lame, mis dedos tu mirada fija en la mía azul y miel estremecidos de placer…
Suavidad vida center bambú manantial agua refresca el día
Cada vez que veo asomar por la esq… tu melena rubia me vuelvo loco por tocarla, el placer de amasar con mis dedos… esa ansiedad que me da por besarte…
Estación Con qué alegría se viste de colores la bella primavera. Las margaritas
Hay rimas bellas en el hermoso cuerpo canta al otoño. Al son de un triste fado, cimbrea la cintura.
De mil colores en el cabello negro, son sus adornos. Su tez blanca embellece con polvo arroz,
Tu mirada clavada en mí como un puñal, sangre cae de mis ojos me da miedo mirarte tus ojos son mortales.
Parecen tus pechos la risa de una estrella que se desmoronó en miles de fragmentos blancos, redondos y delicados.
Que se te caiga la venda, mujer, deja que se te caiga. Enséñale al viento tus heridas. Deja que sanen,
Desolación. En el silencio el hada de los bosques ¿Nos quieres aún Gaia? mi destrucción