Dori Gómez
(2015)
Cerró las cortinas y puso la mano… ¿Cuántos bebés iban? Se preguntó… Tocó en la puerta del director del… La enfermera se entregó por ella m… Pobres niños, lloró, se quedan sol…
Te conocí y pensé que eras distint… ahora sé que no sabes luchar por lo que amas, que tu supuesta generosidad solo es pereza, para no mover tu culo y pelear.
He buscado a Dios Entre las lecturas del Evangelio Y las oraciones de niño. Lo he buscado en las ofertas de lo… Y en las charlas de un sacerdote.
Hay hombres que no sienten, su corazón solo es un trozo de azulejo caído en la cocina. No saben amar, dicen: “te quiero” pero no saben
En la consentidora noche habanera maracas y trompetas ardiendo una muchacha me da una invitación a pecar bailando Ch… La alegría recorre la sala
Solo pienso en que es mejor morir mi tiempo ha sido una pérdida, reviento al ver en el espejo mi vi… solo angustia, dolor del peor nunca aprendí a cuidarme.
Mi vecino era un travesti, de maquillaje barato, y ropa repetida. Olía a perfume y axila. Raquítico como una escoba, de pelo largo y mal cuidado. El personaje de la cuadra, a quien todo...
En esos labios sujete mi ilusión, tú la cogiste. Aferraste mi falda mirabas devorándome.
Te vi bailando en la plaza con aquella chica me miraste y tus ojos fueron direc… incómodo bailé como una mariposa no quería mirarte.
Hola enfermedad, querida amiga solo quiero hablar contigo la luz de mi calle se apagó me he quedado sola hace frío y llueve.
Cansancio infinito en un cuerpo destrozado por tanto, sufrimiento. Con el paso lento, muda va avanzando por tu cuerpo,
Por pura necesidad te amé porque si no te hubiese amado no hubiera vuelto a sentirme viva. Por pura necesidad besé tu boca, buscando tu oxígeno
Te he extrañado en este gran silencio, entre tu y yo. Suena aquella canción, no hablamos nada,
Era una noche tranquila en los dormitorios de la Universidad de Granada, cuando una joven llegaba de una fiesta que terminó a las tres de la madrugada. Por cortesía, y debido a que su c...
Creo que te vi intentarlo entre el sueño y la vigilia salir de aquel abismo, tus manos se aferraban con fuerza, al resquicio de luz.