#EscritoresEspañoles Carolina Coronado
La palabra que Dumas no encontrab… es el nombre de ingrato, que merec… España a Dumas de favor colmado y él en pago la insulta y la escar…
Bella soy, bella soy; mi rostro en… mejor que en el cristal en los sem… la copia miró de belleza tanta reflejada en los ojos anhelantes: paloma, flor, estrella, ángel y sa…
Presurosas huyeron las horas del verano caluroso: del álamo frondoso las hojas se cayeron: otra estación mi vida
¡Gracias, señor, gracias mil! ¡Ah siglo... dichosa suerte! Ya nuestra edad se convierte en bella edad infantil. Ya en vez de los lagrimones
Ya el enemigo de la patria mía, el genio de la guerra destructora dobla rabioso la falange impía ante la paz gloriosa y vencedora. Cesó el llanto y la sangre y la ag…
Escucha, madre mía, la de el velo de estrellas; bienhe… dulce y bella María. Escucha la que implora dolorido y mortal; madre y Señora.
Para ponerte, como pides dentro, sin que te escapes de la floja oct… es preciso mirar cómo se clava tu nombre, Pepa Juana, aquí en el… si por fortuna consonante encuentr…
Al recordar, señor, que no he cant… mis himnos a tu nombre todavía, siento que de la débil arpa mía las más sonoras cuerdas no han vib… primero que mi espíritu arrojado
Si mi extranjera planta, lusitanos… gustaseis cortesanos por la tierra guiar, para mí extra… a cantaros iría una tierna poesía
Tú, huéspeda de villa populosa, yo de valle pacífico vecina, tú por allá viajera golondrina, yo por aquí tortuga perezosa: tú del jardín acacia deliciosa,
Una tan sola reservó el destino página en blanco para mí guardada; y en dejar a mi musa limitada la intención de los hados adivino. Dice el sabio Hartzenbusch, a qui…
Ruiseñor, que entre las hojas de la más florida acacia has tenido todo mayo fresca, primorosa estancia, ¿Por qué picas ese ramo
¿Teméis de ésa que puebla las Mon… turba de brutos fiera el desenfren… ¡más feroces dañinas alimañas la madre sociedad nutre en su seno… Bullen, de humanas formas revestid…
La niebla del diciembre quebrantab… del sol los melancólicos fulgores cuando en mi corazón de tus amores el acento primero resonaba. El segundo diciembre se acercaba
Aquí ha vivido al pie de la corrie… conmigo nada más la golondrina; ¿quién pudo en ese vasto continent… el nombre repetir de Carolina? ¿quién os dijo que canto tristemen…