Yo miraba tus manos e inventaba historias de aleteos sobre mis pechos, de roces suavísimos
Bajo el ala de la noche que deja su huella imprecisa bajo la sombra del corazón repudiado
Yo imaginaba peces inverosímiles bajo ese mar que era –entre ocres… de un verde titubeante, cuando el ferry ancló en Ellis Is…
Aún deseo mis antiguos tiempos fetales, en que fui pez opalescente y ciego.
Times square Il pleut dans mon coeur... Verlaine Bulle la colmena —sin aparente propósito—
Tatuada con inscripciones misteriosas que una mano de fuego trazó por error aquí estoy
Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando por los huesos
El invierno comenzaba, apenas, a mostrar su cuerno —largo y temible— de unicornio ciego. Inquietante,
Tengo miedo. Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando
Fui agarrándome de ti, de tus ojos, campanarios llenos de palomas, y tu pecho encendido como un lucero sólo.
Casi podría decirte devorada por la angustia me asomo a la vieja cueva prohibida donde habitan
Solo como Borges en el fondo de la rosa torturado por báculos de plata espejos laberintos
Los incrédulos repetirán —una y otra vez— tu nombre, como lo hago yo en esta noche de turbia embriaguez
Con sus garras de ónix, puntual, ordeña la muerte cada uno de nuestros días, y los sorbe insaciable
Me había sido tan ajena siempre, y hoy de pronto me descubre su color sencillo