#EscritoresChilenos
Los amores del sacristán son dulces como la miel, amor que no se deseda no puedo, vida, vivir con él.
Ajay, soy como la mariposa, ajay, soy como la mariposa, ajay, que anda alre-
A verte vengo esta noche, por no venir de mañana, si quieres saber quien soy, abre tu puerta tirana. Abre tu puerta tirana,
Huyendo voy de tus rabias temiendo de tus enojos, llorándote a cada instante cansados traigo los ojos. Cansados traigo los ojos
En la prisión de la ansiedad medita un astro en alta voz, gime y se agita como león como queriéndose escapar. ¿De dónde viene su corcel
Qué palabra te dijera que llegue a tu corazón con la fuerza que al enfermo lleva la muerte su voz, reinando sobre lo humano
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo es como descifrar signos sin ser sabio competente, volver a ser de repente
Cuando habrá como casarse vivir en gracia de Dios si se han de estimar los dos los dos van a remediarse. Han de saber respetarse
Tengo una petaquita para ir guardando las penas y pesares que estoy pasando. Pero algún día,
Yo también quiero casarme como todas las demás, pero varón a mi gusto yo no he podido encontrar. Mejor será, señores,
El joven para casarse siempre busca bonitura, con la soberbia que tiene yo lo dejé en la basura. Huichi huichi que sí, que sí,
Un bergantín velero los mares cruza con rapidez, no le temo al madero para postrarme niña a tus pies. No me hagas más sufrir
El lunes por la mañana saliendo a pasear Ines me encontré con la inhumana y dije postrado a sus pies: Señorita, si me admite
Qué contenta estarás, bella joven, reclinada en tu lecho de flores y yo vengo en mis noches sombrías a cantarte mis bellas canciones. Bella joven que ahora duermes
Ya se va para los cielos Ese querido angelito, A rogar por sus abuelos, Por sus padres y hermanitos. Cuando se muere la carne