De «Un bicho cayendo con épica agonía»
Quienes me ven en la calle no sabe… Aún no es hora de encerrarme.
Todo verso nace porque sí. De sí.
Desperté afuera de Borges para si…
—¡Mira, una estrella fugaz! —¿Qué pasa con las estrellas fugac… —Que se debe pedir un deseo. —Ah… —¡Pídelo!
Tibio lecho, de dispares usos, cuéntale, al oído, de tus amantes anteriores, de los que, como él, dejaron sus sudares en tus tejidos… y partieron, a otro camastro,
el respeto al complejo ajeno
Que me lo quiten todo. Quiero que regrese la poesía.
—¿Quién es usted? —Eso debería saberlo usted.
—Nos vemos allá, si te parece. —Sí, seguro, pero, ¿cómo te recono… —Soy el que va disfrazado de perso…
lo comprendo tarde la vida lo era todo nada más
No tengo dónde anidar el mundo es cada vez más plano.
Reverberación de las masas tras la… Organizaciones mundiales llegando… Laboratorios farmacéuticos frotand… Bolsas de valores botando la casa… Dípteros insignificantes sacudiend…
lo más cerca que estuve de su geni… uno, en la fecha del nacimiento dos, en el tamaño de la cabeza tres, en el gusto por el mismo tip… cuatro, en ir en pijama a un event…
vivo de las palabras no
Escribo poesía a toda hora y mis manos ni lo saben.