De «Leyes mudas de la mano alzada»
La señal del cosmos se trenza en e… para que yo, grillete último, líe… lo emancipe y lo vislumbre, vuelto un trapo, inmundicia, y con el pesado parpado,
mire usted cómo es la vida ni si quiera soy capaz de pronunci… y existe la poesía que lo hace por… soy un analfabeto que lo conoció l… disculpe usted el atrevimiento
—¿Por qué vistes de negro? —Es el duelo. —¿Por alguien? —Con alguien. —¿Quién?
No importa quiénes sean los comensales al otro lado del libro. La poesía no sabe dar de comer.
El secreto de este negocio es que siempre estamos leyendo.
—¿Cómo se llama esto? —Mar. —¿Y para qué sirve? —Para irse.
Desperté, pero el mundo sigue dorm…
el fuego es una opción a veces me aburre vivir frío
nazco de mí lo veo desde la lejanía la sangre asusta a mi sangre la vida consuela a mi vida
Oigo a los pájaros cantar, dejo de escribir el poema…
les tengo una invitación muéranse los espero con la parilla encendid… y con cerveza fría
Ya no intento convertir los poemas en pan. Intento multiplicarlos.
—Nos vemos allá, si te parece. —Sí, seguro, pero, ¿cómo te recono… —Soy el que va disfrazado de perso…
la ley que aplica para
señor pasajero, si su avión no se… se lo debe a santa bona de pisa aunque en los aeropuertos no se ha… y los que aterrizan regresen al at…