De «Leyes mudas de la mano alzada»
Tibio lecho, de dispares usos, cuéntale, al oído, de tus amantes anteriores, de los que, como él, dejaron sus sudares en tus tejidos… y partieron, a otro camastro,
La tarde cayó en mis ojos y se rompió en mil y un pedazos. Soy el trozo mil uno y los demás son incontables.
Desperté con la mitad de los ojos.…
Vino la luz a buscarme y se fue sin despedirse. Se equivocó de espejo, tal vez, o no la pude
señoras y señores niñas y niños personas y personos quedan cordialmente invitados a to… y siempre para que crezcan grandes…
Ya no intento convertir los poemas en pan. Intento multiplicarlos.
El polvo carcome las que fueron nu… las abraza, las babea, les sorbe l… Polvo vampiro, te veo en el aura n… veo como alzas el vuelo blando, de… sin penitencia, saciado, riendo ra…
No importa cuántas horas pasen entre poema y poema. La poesía no sabe leer el reloj.
así como ustedes tienen afán
[el poeta en cuestión se ahorró es… … [aún espera el pago de los interes…
ya sé que de mejores
La enemiga defunción te invita, pero no asistas a esa fiesta. Vete pronto a tu lejana villa, roe un árbol, dale una semilla.
lo más cerca que estuve de su geni… uno, en la fecha del nacimiento dos, en el tamaño de la cabeza tres, en el gusto por el mismo tip… cuatro, en ir en pijama a un event…
de mí cuelga una gota
el respeto al complejo ajeno