#EscritoresEspañoles
Pues el amor nos ha dado Dios, ya no hay que temer, muramos los dos. Danos el Padre
¡Cuán triste es, Dios mío, la vida sin ti! Ansiosa de verte, deseo morir. Carrera muy larga
¡Ah, pastores que veláis, por guardar vuestro rebaño, mirad que os nace un Cordero, Hijo de Dios Soberano! Viene pobre y despreciado,
Ya toda me entregué y di, y de tal suerte he trocado, que es mi Amado para mí, y yo soy para mi Amado. Cuando el dulce Cazador
¡Oh gran amadora del Eterno Dios; estrella luciente, amparadnos vos! Desde tierna edad
Nada te turbe; nada te espante; todo se pasa; Dios no se muda, la paciencia
Cruz, descanso sabroso de mi vida vos seáis la bienvenida. Oh bandera, en cuyo amparo el más flaco será fuerte, oh vida de nuestra muerte,
Si el amor que me tenéis, Dios mío, es como el que os tengo, Decidme: ¿en qué me detengo? O Vos, ¿en qué os detenéis? —Alma, ¿qué quieres de mí?? Dios…
No me mueve, mi Dios, para querer… el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. ¡Tú me mueves, Señor! Muéveme el…
Hoy nos viene a redimir un Zagal, nuestro pariente, Gil, que es Dios omnipotente. Por eso nos ha sacado de prisión a Satanás;
¡Oh!, dichosa tal zagala que hoy se ha dado a un tal Zagal que reina y ha de reinar. Venturosa fue su suerte pues mereció tal Esposo:
Vertiendo está sangre, ¡Dominguillo, eh! Yo no sé por qué. ¿Por qué, te pregunto, hacen dél justicia,
En la cruz está la vida y el consuelo, y ella sola es el camino para el cielo. En la cruz está “el Señor
Pues la estrella es ya llegada, vaya con los Reyes la mi manada. Vamos todas juntas