#EscritoresEspañoles
Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero. Vivo ya fuera de mí, después que muero de amor;
Sea mi gozo en el llanto, sobresalto mi reposo, mi sosiego doloroso, y mi bonanza el quebranto. Entre borrascas mi amor,
Véante mis ojos, dulce Jesús bueno; véante mis ojos, muérame yo luego. Vea quién quisiere
¡Ah, pastores que veláis, por guardar vuestro rebaño, mirad que os nace un Cordero, Hijo de Dios Soberano! Viene pobre y despreciado,
Cruz, descanso sabroso de mi vida vos seáis la bienvenida. Oh bandera, en cuyo amparo el más flaco será fuerte, oh vida de nuestra muerte,
¡Oh gran amadora del Eterno Dios; estrella luciente, amparadnos vos! Desde tierna edad
Si el amor que me tenéis, Dios mío, es como el que os tengo, Decidme: ¿en qué me detengo? O Vos, ¿en qué os detenéis? —Alma, ¿qué quieres de mí?? Dios…
Pues el amor nos ha dado Dios, ya no hay que temer, muramos los dos. Danos el Padre
Nada te turbe; nada te espante; todo se pasa; Dios no se muda, la paciencia
Dichoso el corazón enamorado que en sólo Dios ha puesto el pens… por Él renuncia todo lo criado, y en Él halla su gloria y su conte… Aún de sí mismo vive descuidado,
Pues la estrella es ya llegada, vaya con los Reyes la mi manada. Vamos todas juntas
Vuestra soy, para Vos nací, ¿Qué mandáis hacer de mí? Soberana Majestad, Eterna sabiduría, Bondad buena al alma mía;
¡Oh hermosura que excedéis a todas las hermosuras! Sin herir dolor hacéis, y sin dolor deshacéis, el amor de las criaturas.
¡Oh!, dichosa tal zagala que hoy se ha dado a un tal Zagal que reina y ha de reinar. Venturosa fue su suerte pues mereció tal Esposo:
Ya toda me entregué y di, y de tal suerte he trocado, que es mi Amado para mí, y yo soy para mi Amado. Cuando el dulce Cazador