No te rindas, leeme.
Por favor.
No te rindas leeme.
Yo me vi como vos hundida, ida, deprimida.
Mira, leé, que el sol sale para todos aunque suene cliché.
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También me odie buscando 100 defectos míos en espejo y apreté cada parte de mí piel esperando bajar de peso.
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La depresión emocional y mental llevan al declive de nuestras vidas a nivel que las piernas tiemblan, el corazón se debilita y no hay motivos para despertarnos mañana.
Se que estás ahí pensando, ¿En serio mañana tengo que seguir respirando?.
Y si dale, ¡Respira¡, suicida todo intento de muerte de tu vida, gritale al dolor y convertí el lamento en baile.
Leeme porque no hace mucho estuve como vos rendida, devastada, afligida.
...\nMí mejor aliada era la ira y con el dolor me sentaba a comer heridas.
Chau, pucha, así de fuerte suena y así de fuerte era vivir esa vida.
Morir para mí era vida.
No te rindas, leeme.
Que el cliché del sol apareció, acostada cuando dormía las horas de las que vivía, un rayito entro por mí ventana.
Y me perdí nuevamente.
Pero me perdí bien, está vez fue lindo el recorrido, antes era un laberinto de fuego donde cada pasillo me quemaba viva.
Ahora camino en jardines y huelo a valentía.
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Leeme, abraza a tu perro, dale che.
Tómate un mate.
Camina por la calle más transitada de la ciudad contando cuántas personas caminan riendo.
Háblale a las plantas que les encanta.
Comete esa hamburguesa que estás posponiendo hace rato porque estás acomplejada.
Decile a la chica que te gusta que mujer que es.
No te pierdas más entre cigarros y botellas que entre bombillas y termos calientes te reís de 10.
Además pensa, cuántos otros como vos también la pasaron mal y están ahí, poniéndose vendas en las heridas y saliendo a campo de batalla.
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Vivi, atesora recuerdos, reí, que la vida es un suspiro.
Agarra la pequeña mano de algún niño y enséñale a cruzar la calle.
Mándale un mensaje a ese amigo que quiere aprender a manejar y decile “yo te enseño”.
Seamos complemento, dale, lo que no sabes te lo enseño, lo que no tenes te lo doy.
Te enseño mí vida y todo lo que cambio.
Te doy toda mí experiencia.
Y te comparto mí historia con amor.
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Agarra tu agenda 2023 y en lugar de escribir la chorreada de cosas que hay que pagar, escribí sueños, anda tachando con la esperanza que tachamos los estudiantes alguna materia que metemos.
Ilusionate.
Amate.
Aceptate.
Querete.
Reconocete.
Cambia tu ambiente.
Y que tu determinación mañana sea de gratitud por levantarte un día más.
Y escucha, leeme, no te rindas, porque vos ahí decís que de acá suena fácil, pero yo me perdi lindo entre medicamentos y una mala pasada en esta vida.
Y mírame un segundo, leeme, amate, yo pude, vos podes, el camino del dolor es duro, pero la cicatrización de las heridas es un lujo.
Volvete soldado, para ayudar a otros.
Recorda un segundo a esa niña que soñaba un mundo ideal y a ese niño que corría entre la tierra pateando la pelota.
Recorda quien fuiste a los 5 y quién querías ser a esta edad.
Y decite.
Perdón, me falle.
Pero volví.
Me encontré.
Me acepté.
Y corrí.
Me amo.
Me aceptó.
Me quiero.
Por favor.
Leeme siempre que no puedas.
Y no te rindas.
Soy tu complemento.
Y si leíste hasta acá...
Si leíste hasta acá vos y yo sabemos porque.
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P.D. Jesús te ama y me amo mucho por eso estoy acá escribiendo esto.
Con amor, Sabri
