El espíritu y muy cerca el corazón
sin que asuste la crueldad de los altivos.
tienen preferencias y motivos,
que el egoísmo le impone a su razón,
ellos creen que infundiéndonos temor
lograrán desviarnos del camino.
Desprecian lo que tanto ansiamos,
veneran la injusticia, el odio y la mentira,
para ellos las manos extendidas
son para la guerra y la opresión,
nosotros aprendimos que es mejor.
extenderlas para quien las necesita.
No perdamos de vista, la mirada
no nos confunden, rispidez y desazón,
hemos elegido por amor
y pedimos que entiendan los demás,
“quienes se dedican a hostigar
quieren para el otro, lo peor”.