Estaba la alegría agazapada,
deseando alguno, ver contento.
Fúnebres caras circulaban,
aunque nada que ver con el momento,
la egoísta pretensión de la amargura,
es la de acercarnos al tormento.
La alegría vio que alguien sonreía,
mirando jugar a un niño con un perro,
y comprendió que importante es su misión,
de dejarle poco espacio al sufrimiento.
Mira de reojo la nostalgia,
mira sin querer la fortaleza,
mira despechada la tristeza,
y hasta el odio se siente desplazado,
cuando con sonrisas se ha logrado,
la felicidad por un momento. .