Y en él me sumergí
como si el supiera,
que los recuerdos vanos,
la imagen bella,
son brazos que sostienen,
a cada pena.
Y en el me sumergí,
tarde de mayo,
cuando las nubes cubren,
con grises mantos,
la pálida llegada,
de algún quebranto.
Con el me confundí,
y hoy lo confieso.