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Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente,
Verde rama exenta de ritmo y de pájaro. Eco de sollozo sin dolor ni labio. Hombre y Bosque.
Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna
El campo de olivos se abre y se cierra como un abanico. Sobre el olivar
Sólo tu corazón caliente, Y nada más. Mi paraíso, un campo Sin ruiseñor Ni liras,
Yo te miré a los ojos cuando era niño y bueno. Tus manos me rozaron Y me diste un beso. (Los relojes llevan la misma caden…
Rumor. Aunque no quede más que el rumor Aroma. Aunque no quede más que el aroma. Pero arranca de mí el recuerdo
Virgen con miriñaque, virgen de Soledad, abierta como un inmenso tulipán. En tu barco de luces
TENIENTE CORONEL.- Yo soy… SARGENTO.- Sí. TENIENTE CORONEL.- Y no h… SARGENTO.- No. TENIENTE CORONEL.- Tengo…
En la noche del huerto, seis gitanas, vestidas de blanco bailan. En la noche del huerto,
Las gentes iban y el otoño venía. Las gentes iban a lo verde. Llevaban gallos
Mi corazón tendría la forma de un… si cada aldea tuviera una sirena. Pero la noche es interminable cuan… y hay barcos que buscan ser mirado… Si el aire sopla blandamente
Caña de voz y gesto, una vez y otra vez tiembla sin esperanza en el aire de ayer. La niña suspirando
Por las ramas del laurel vi dos palomas oscuras. La una era el sol, la otra la luna. «Vecinita», les dije,
La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)