Rechazamos la guerra todo el tiempo que sea necesario. Nos callaremos pero no para siempre. Ocultaremos nuestra cara

Atado por mis vicios a sórdidas cadenas me oculto para no ser el vuelo de los pájaros. Del brazo de la muerte

Frutos y ópalos nevados para mi ni… Madre entre sueños aparecía y desa… Siempre recordaré aquel perfume de… Algarabía y viento sus cabellos pe… Yegua del oprobio ato a tus ancas…

Frescas magnolias recuerdan el mar mar antiguo donde besé una tarde las frescas entrañas de la muerte. Después fui una pequeña planta marina

Más allá de los cuerpos es necesar… hacer de la palabra nuestra reside… Soy un travesti del pensamiento: Vivo como un hombre cualquiera pero pienso como una mujer

Recuerdo tu vientre de pantera destrozado. Mis dientes. Tus garras

Nos anunciaron que después de la muerte llegarán para. habitar nuestra propia casa los monstruos.

Búhos de la locura amaron mi carne hasta el extravío amaron mi dolor hasta los límites de la carne. ¿Mi escritura es un mandato social

Si es posible el poema es posible la vida.

Él era mi padre y caminaba siempre unos pasos delante de todas las mujeres. Yo era su hijo y lo reconocía siempre

Fuimos perdiendo en el camino nuestro deseo de liberarnos. Entre las cadenas el goce de la carne era bestial. El microscopio

Es de noche en la ciudad todos duermen menos el sonido palpitante del corazón del tiempo latiendo acompasadamente

Un hombre solitario no es un hombre pero un hombre que construye semejante soledad

Reina pequeña Buenos Aires. Hoy te sentaré a mi lado y haremos juntos el viaje de un poema.

Es otra vez de noche y en general la casa duerme. Una voz en la radio dice últimas palabras.