Siempre eran canciones
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Te miro, te deseo y me entregó A tus caricias puras dulce amada; Respiro en el día de tu encuentro Y suspiro por tu aroma delicada. Se adormencen todos mis besos,
Vengo en nombre De la paz, En voluntad del reino. Pido del hombre Su justicia,
Oh diosa del amor por quien Aclamo y espero; tu alma Llena de gloria entre mortales, Mi sombra parada en la puerta Del templo postrado a tus
Bien tú, lo sabías que mis ojos ll… Que, MI mano golpeaba de angustia… Y que por tu falta de cariño, sacu… Fue para mí todo extraño, llenarme… Y sin tener piedad, clavaste en mí…
Mujer hermosa que estas en la tier… Tan sagrado para mí es tu nombre, Eres la niña que mi corazón llenas Puro sentimiento que inspira a est… Mujer hermosa que estas en la tier…
Derrochador de amor, ¿por qué gast… En ti mismo la herencia de tu herm… Hermosura que nunca a Dios regala… Y que generosamente a Dios insult… Derrochador de amor, ¿por qué abus…
Me alejaste de ti mujer Por ser una falsa y mentirosa Jugabas con mi querer Me usaste como a una cosa. Decías que me amabas
Este dolor mío, ya no tiene la imp… Sólo es el capricho de una vanidad… Una bella melodía del consuelo de… En una vida de pena y soledad exis… Que todo es tan malo, que todo es…
Suspiros aromados tienen mis senti… Mi corazón sueña con sus frágiles… Dulces nubes púrpuras cubren mi pe… La brisa de mi pensar modula con s… Cantan los niños como pajarillos e…
Encanto de mujer, Ángel, de cara t… Ofreces muchoENCANTO DE MUJ… Tienes gran parecido a una diosa g… Que hace suspirar al hombre de la… Mis ojos a tus ojos, fijos los mir…
Le bastó a Dios con inventar tus… Le bastó solo con hacerlos brillar… Tus ojos fueron creación de histor… Que se hicieron para verlos mirar. Los veo como dos estrellas luminos…
Rostro que desafiando a la muerte, Impusiste tu ley en tu camino, En rigor, de un destino de tristez… Donde el amor muere por suicidio. Creador de artes, rimas de poemas,
Hace años sepulte un tesoro Escondido en las montañas Donde el viento se hacia Notar, despertando la codicia Del mundo buscándolo por
Dulce muerte que en mi ahuyentas; La bella felicidad de mi sonrisa, Y tienes por costumbre atentarme Acabar con las poesías futuras.
No dejó de llorar en voz baja (Para no despertar a los demás) Y con precaución... Integró el llanto en los laberinto… De mis recuerdos,