#1981 #EscritoresUruguayos #PoemasDeLaOficina
Cuando usaban los mozos chisteras… protegían mejor sus turbios pensam… ahora los exhiben desenfadadamente en sus esplendorosas calvas a la i… y de inmediato acuden los buitres…
Aliiiirio. Aliiiirio Bengoa. Demasiado clamor para ser escuchado a las siete y media de la mañana. Pero allí está el hombre, agitando los brazos desde la vereda de enfrente y gritando A...
Otra vez estoy solo tan hondamente solo que no siento la ayuda ni el calor
De poco sirve arroparlo y menos colgarle collares y pronósticos brindarle metrallas de manga larga calzarle prejuicios de siete legua…
A sus treinta y cinco años, Ileana Márquez tenía marido (Dámaso) y amante (Marcos). Saberse querida, o al menos deseada por ambos, no le causaba la menor ansiedad, más bien le otorgaba ...
Cada ciudad puede ser otra cuando el amor la transfigura cada ciudad puede ser tantas como amorosos la recorren el amor pasa por los parques
Mientras aquí en la noche sin perc… pienso en mis ruinas bajo a… inmóvil en su dulce anonimato el grillo canta nuevas certidumbre… mientras hago balance de mis yugos
Un tal Lázaro Vélez se incorporó en su tumba, se despojó lentamente de su sudario, abandonó el camposanto y empezó a caminar en dirección a su casa. A medida que iba siendo reconocido, ...
Yo digo ¿no? esta mano que escribe mil doscientos y transporte y Enero
Orientalito que naces en tu jornada sin horas y que todo lo deshaces y que todo lo devoras orientalito que llegas
En este espacio cada uno es capaz de zurcir sus vislumbres y tiniebl… árboles me rodean con sus patas de… tengo un gong en las sienes memori… en un banco como éste cubierto de…
El silencio del mar brama un juicio infinito más concentrado que el de un cánta… más implacable que dos gotas ya acerque el horizonte o nos entr…
Nos han contado a todos cómo eran los crepúsculos de hace noventa o novecientos años cómo al primer disparo los arrepen… echaban a volar como palomas
Hay quienes se resisten deshilacha… a morir sin haberse concedido un año un mes una hora de goce y esperan ese don cultivando el si… vaciándose de culpas y de pánicos
Cuando se incorpora en la arena, dobla cuidadosamente la toalla, respira con fruición, camina hasta la orilla y se introduce lentamente en el mar, siente que no ha dejado nada a la impr...