En El último encuentro, Sándor Márai presenta de manera connotada una perspectiva nihilista de la existencia, pero tambien hay una reivindicación de esa existencia. Lo cotidiano, la rut...
Así es la vida, cortita y jodida Así es la muerte, te descuidas y p… Así es el amor, crees que empieza…
Un tango de Piazzola para una Buenos Aires helada como una mañana de julio en Esmeralda. Una ventana opaca oculta el olor agrio del humo del tabaco. Y yo estoy sentado esperando que ven...
los árboles sangran cuando se entierra el hacha brota la savia como sangre es difícil notar que algo está viv… es necesaria una percepción activa…
Una angustia insoportable me carcome cuando intento descifrar lo que pasa en el departamento de enfrente. Acumulé instantes rutinarios, espiados desde mi ventana, que circundan esa gran...
Te pregunté cómo creías que es el cielo, si es que existiera un cielo, o el paraíso o como quieras decirle a eso, y te dije que no hay que creer en el cielo para imaginárselo, porque es...
Se despierta a las seis de la mañana, después del segundo aviso de mamá. No quiere volver a la escuela, pero tiene que ir, cómo no va a ir. Se queda dos minutos sentado al borde de la c...
Recogí un caracol que caminaba por la baranda de mi balcón. Lo metí en una caja de zapatos con agujeritos del tamaño justo para que entrara un poco de aire, pero no tan grandes como par...
No es falta de inspiración, es ausencia de talento cuando finjo que soy un gran escritor y compongo malos versos:
Todas las tardes de otoño son tardes de domingo. Tardes de té, de café negro, de libros gruesos, densos, interminables. Todas las tardes de otoño son del color del tabaco húmedo y tiene...
Estoy en una habitación oscura y vieja. Parece una casona porteña antigua, como de la década del treinta. Tiene paredes altas y ventanas grandes. Las ventanas están cerradas y tienen un...
Callejón de adoquín callejón a la ribera Te gustó mi jardín y te quedaste a merendar. Te llevé de paseo
vos te acostumbraste demasiado al estado de emergencia yo anhelo la calma y la estabilidad que podría sacar del mundo burgués construí mecanismos disfuncionales para acceder ilusoriamen...
Es que está ardiendo el mundo y arderá hasta que acabe porque hemos perdido el rumbo, en el medio de la calle Son el vidrio en la tráquea
Que no haya nada, por favor, que no haya nada que no haya cielo ni infierno ni nirvana