Me refugio en su presencia como si fuera un lugar, y no importa el espacio que ocupemos, sé que es capaz de abarcarme y disociarme de mí. Quisiera esconder ese lugar del tiempo, que no ...
no vivo en la intemperie pero soy hijo de la deriva cada tanto llegan esos temblores como olas de un mar vacío cada tanto, de vez en cuando, a ve…
Trabajo con el veneno de una víbora barata. Estudio cómo puede dejar de ser de mimbre para convertirla en una serpiente real. Su veneno es fuerte pero no tanto. Después me traen una ser...
En El último encuentro, Sándor Márai presenta de manera connotada una perspectiva nihilista de la existencia, pero tambien hay una reivindicación de esa existencia. Lo cotidiano, la rut...
Vamos en un avión a vivir en un lugar lejano. Después de bastantes horas de viaje, llegamos. No sé cómo vuelvo a aparecer en un pueblo como Rawson. Voy caminando, y se hace de noche. At...
Es la tercera vez que la misma mosca intenta meterse en su oreja. La aparta con un manotazo al aire, molesto, y mira hacia el cajón de los zapallitos verdes. Sus ojos saltan entre las v...
Les hablé anoche a las sombras que viven en mi ventana: son un viejo y un perro El viejo no tiene casa El perro no tiene dueño
Estoy acá sentado y veo los autos pasar. Y son tantos autos. La tarde es gris. Y las hojas tapizan la vereda. Estoy acá, pero no estoy. Porque es como no estar acá donde estoy, como si ...
un equilibrio frágil sostiene las etapas sucesivas que se apilaron durante años y años de eventos insignificantes
Estoy en una habitación oscura y vieja. Parece una casona porteña antigua, como de la década del treinta. Tiene paredes altas y ventanas grandes. Las ventanas están cerradas y tienen un...
No puedo ver tu cara en el silenci… ya no me llegan réplicas de ayer fue una brizna hecha de parecer un espejismo que ya no secuencio. Ya no me llegan, ya no las espero:
Ay! Cómo se van cayendo los azulejos Ay! Cómo se pierden uno por uno los azulejos
No es falta de inspiración, es ausencia de talento cuando finjo que soy un gran escritor y compongo malos versos:
Recogí un caracol que caminaba por la baranda de mi balcón. Lo metí en una caja de zapatos con agujeritos del tamaño justo para que entrara un poco de aire, pero no tan grandes como par...
Léntulo en claromecó Se divertía con el oleaje Pero una almeja lo picó Entre medio de los naipes Ay ay cómo le dolió