En uno que se moría mi propia muerte no vi, pero en fiebre y geometría se me fue pasando el día y ahora me velan a mí
Juan José Saer
Recogí un caracol que caminaba por la baranda de mi balcón. Lo metí en una caja de zapatos con agujeritos del tamaño justo para que entrara un poco de aire, pero no tan grandes como par...
vos te acostumbraste demasiado al estado de emergencia yo anhelo la calma y la estabilidad que podría sacar del mundo burgués construí mecanismos disfuncionales para acceder ilusoriamen...
Cuando cierro los ojos en el horizonte de la vigilia a veces veo el mar un mar infinito que me inunda dejo que lleguen los habitantes de…
Hay un babuino que se divierte par…
Hay tres grados de realidad. Primero, lo que veo realmente, lo que está ahí. Segundo, lo que imagino, y veo superpuesto a la realidad que está ahí. Eso que imagino lo veo yo, no se me m...
Me dan miedo los espejos en la noche No quiero descubrir algo que no me guste de mi cara ¿Y si una aparición
Un hombrecito, el creador de hombres, encerrado en una caja y dele y dele mandar cartas para todos lados, mientras toma su fluorostato y se da con un caño. Y dele y dele mandar cartitas...
En la orilla es donde surge lento, mudo, amenazante, el temor que me consume cada día por la tarde. Lo espero afuera, tranquilo,
Cada verdad, cada vergüenza, cada… ahora dormidas en cada verso, en cada vértigo porque anoche soñé que me moría me moría me moría me moría
Azul y azul, arriba, satinado en líneas, azul, ahí en la cumbre inmersa en negro se extingue la lu… y negro y negro y más negro al lad… Salpica algunos puntos de amarillo
—Ya vamos a almorzar en la casa, aguantate hasta que lleguemos. —No tengo plata, y vaya a saber cómo las hacen a esas papas fritas. Mirá, está todo sucio el lugar este. —No me importa, ...
—¿Y después usted qué hizo cuando vio que se iba a quedar definitivamente solo? —Había estado tratando de hablar con el cuervo desde hacía más de dos meses. Al principio, los cuervos no...
Los huesos fulgentes que alumbran la noche no rugen ni asustan ni asombran. Son parte de la vista que abarca mi ventana y son tan naturales como las sombras. Y un día no estarán, se apa...
Se ve un monte desértico, una pendiente de grava árboles a los costados, y el atardecer malva. Suben lento los filósofos,
Estamos varados con mi abuelo en un país extraño. Buscamos cómo volver. Por un momento parece que somos yankis y vamos a la embajada de EE. UU. Pero nos mandan de ahí a la embajada de U...