#EscritoresEspañoles #Generación27
Ojos de puente los míos por donde pasan las aguas que van a dar al olvido. Sobre mi frente de acero mirando por las barandas
¡Qué música del tacto las caricias contigo! ¡Qué acordes tan profundos! ¡Qué escalas de ternuras, de durezas, de goces!
El silencio eres tú. Pleno como lo oscuro, Incalculable Como una gran llanura Desierta, desolada,
Como un ala negra de aire Desprendida de hombro alto, Cuerpo de un muerto reflejo En duras tierras ahogado, La sombra quieta, tendida,
Entre alaridos se sostiene su débil rama, entre escombros de guerra, viva en mi corazón endurecido, como una flor sencilla
Mis ojos grandes, pegados al aire, son los del cielo. Miran profundos, me miran me están mirando por dentro. Yo pensativo, sin ojos,
¡Qué golpe aquel de aldaba Sobre el ébano frío de la noche! Se desclavaron las estrellas frági… Todos los prisioneros percibimos El descoserse de la cerradura.
Al ver por dónde huyes Dichoso cambiaría Las sendas interiores de tu alma Por las de alegres campos. Que si tu fuga fuera
Sentirse solo en medio de la vida casi es reinar, pero sentirse solo en medio del olvido, en el oscuro campo de un corazón, es estar pres… sin que siquiera una avecilla trin…
Mi sueño no tiene sitio Para que vivas. No hay sitio. Todo es sueño. Te hundirías. Vete a vivir a otra parte, Tú, que estás viva. Si fueran
El ciego amor no sabe de distancia… Y, sin embargo, el corazón desiert… Todo su espacio para mucho olvido Le da lugar para perderse a solas Entre cielos abismos y horizontes.
Profeta de mis fines no dudaba Del mundo que pintó mi fantasía En los grandes desiertos invisible… Reconcentrado y penetrante, solo, Mudo, predestinado, esclarecido,
Las barcas de dos en dos, como sandalias del viento puestas a secar al sol. Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto.
No hay ningún paso, ni atraviesa nadie los dinteles de luz y de colores, cuando la rosa se abre, porque invisibles son los paraísos
Estabas sola y alta. Yo miraba cómo todos los pájaros Debajo de tu frente se escondían. ¡Qué ir y venir y qué volver! Cómo todas las cosas