#1912 #CamposDeCastilla #EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresSevillanos #Generación98
En el azul la banda de unos pájaros negros que chillan, aletean y se posan en el álamo yerto. ... En el desnudo álamo,
Hacia Madrid, una noche, va el tren por el Guadarrama. En el cielo, el arco-iris que hacen la luna y el agua. ¡Oh, luna de abril serena,
Este hombre del casino provinciano que vio a Carancha recibir un día, tiene mustia la tez, el pelo cano, ojos velados por melancolía; bajo el bigote gris, labios de has…
¿No eres tú, mariposa, el alma de estas sierra solitarias… de sus barrancos hondos y de sus cumbres agrias? Para que tú nacieras,
Desde el umbral de un sueño me lla… Era la buena voz, la voz querida. —Dime: ¿vendrás conmigo a ver el a… Llegó a mi corazón una caricia. —Contigo siempre... Y avancé en m…
Con este libro de melancolía, toda Castilla a mi rincón me llega… Castilla la gentil y la bravía; la parda y la manchega. ¡Castilla, España de los largos r…
Llamó a mi corazón, un claro día, con un perfume de jazmín, el vient… —A cambio de este aroma, todo el aroma de tus rosas quiero. —No tengo rosas; flores
Hacia un ocaso radiante caminaba el sol de estío, y era entre nubes de fuego, una tr… tras de los álamos verdes de las m… Dentro de un olmo sonaba la sempit…
LOS OJOS Cuando murió su amada pensó en hacerse viejo en la mansión cerrada, solo, con su memoria y el espejo
El tiempo que la barba me platea, ahondó mis ojos y arrugó mi frente… va siendo en mi memoria transparen… y mientras más lejano, más clarea. Miedo infantil, amor adolescente,
Al fin, una pulmonía mató a don Guido, y están las campanas todo el día doblando por él: ¡din-dan! Murió don Guido, un señor
Es una hermosa noche de verano. Tienen las altas casas abiertos los balcones del viejo pueblo a la anchurosa pl… En el amplio rectángulo desierto,
Oh Soria, cuando miro los frescos… cargados de perfume, y el campo en… abiertos los jazmines, maduros los… azules las montañas y el olivar fl… Guadalquivir corriendo al mar entr…
Soria de montes azules y de yermos de violeta, ¡cuántas veces te he soñado en esta florida vega por donde se va,
Dice la esperanza: un día la verás, si bien esperas. Dice la desesperanza: sólo tu amargura es ella. Late, corazón... No todo