A Clara Adriana
Hay un ojo en tu nuca que me mira pero no me ve y aún así me dice quien eres en verdad te conozco
Con tu ausencia, me dejaste escribiendo. Es lo único que puedo hacer para sacar este sentimiento que me corroe,
Todo tenía un significado y valía. Hasta la propia vida. Todo, según tú: la medida de todo,
Viejo sentimiento que como animal salvaje me ataca. Rabia, tristeza, impotencia,
prisionero de un sentimiento maldecido cansado obsesionado desgastado
Cada instante junto a ti, es un tesoro. Los guardo como presagio de la evocación del fantasma
En la mañana, cuando a lo lejos te veo, nace la impotencia del ave enjaula… Así estas corazón mío, con la nostalgia
Abro los míos y conteniendo otras cosas que te diría, mientras observo el lado oscuro de la luna en mi propia alma, —Por la alegoría y la composición visual de la imagen, como metáfora ...
Me quedo como el ángel que vela tu… sin que te des cuenta. Eso me hace daño. No quiero dejarte, aunque me mata tu inconsciencia,
Me odio por el sentimiento iluso –de tu amor– que me habita Te odio
3.652 anocheceres y amaneceres y al final de la última vez, tu imagen, tan real y vívida. Poco a poco,
Me pregunto: “Cuando estás junto a mí, ¿Qué piensas? ¿Qué sientes?” Me ilusiono.
dando protegiendo pero desprotegida tristeza velada detrás de la alegría inocente
hoy lo que queda de ti es un jardín secreto, con una única flor marchita. En él me refugio para morir cada vez un poco.
Una distopía, eso fuimos. Un futuro maltrecho, un aborto. Desechados,