#EscritoresEspañoles #Generación27
Yo no te conocía, tierra; con los ojos inertes, la mano alet… lloré todo ciego bajo tu verde son… aunque, alentar juvenil, sintiera… un tumulto sediento de postrarse,
Qué ruido tan triste el que hacen… parece como el viento que se mece… sobre adolescentes mutilados, mientras las manos llueven, manos ligeras, manos egoístas, man…
Los marineros son las alas del amo… son los espejos del amor, el mar les acompaña, y sus ojos son rubios lo mismo que… rubio es también, igual que son su…
¿Mi tierra? Mi tierra eres tú. ¿Mi gente? Mi gente eres tú. El destierro y la muerte
He venido para ver semblantes Amables como viejas escobas, He venido para ver las sombras Que desde lejos me sonríen. He venido para ver los muros
Cómo llenarte, soledad, sino contigo misma... De niño, entre las pobres guaridas… quieto en ángulo oscuro, buscaba en ti, encendida guirnalda…
En ocasiones, raramente, solía encenderse el salón al atardecer, y el sonido del piano llenaba la casa, acogiéndome cuando yo llegaba al pie de la escalera de mármol hueca y resonante, ...
Tus ojos son de donde la nieve no ha manchado la luz, y entre las palmas el aire invisible es de claro.
No decía palabras, acercaba tan sólo un cuerpo interr… porque ignoraba que el deseo es un… cuya respuesta no existe, una hoja cuya rama no existe,
Como una vela sobre el mar resume ese azulado afán que se lev… hasta las estrellas futuras, hecho escala de olas por donde pies divinos descienden…
¿Volver? Vuelva el que tenga, Tras largos años, tras un largo vi… Cansancio del camino y la codicia De su tierra, su casa, sus amigos, Del amor que al regreso fiel le es…
Como leve sonido: hoja que roza un vidrio, agua que acaricia unas guijas, lluvia que besa una frente juvenil… Como rápida caricia:
El tiempo, insinuándose en tu cuer… tal la nube de polvo en fuente pur… aquella gracia antigua desordena y clava en mí una pena silenciosa. Otros antes que yo vieron un’ día,
Verdor nuevo los espinos tienen ya por la colina, toda de púrpura y nieve en el aire estremecida. Cuántos cielos florecidos
En soledad. No se siente el mundo, que un muro sella; la lámpara abre su huella sobre el diván indolente. Acogida está la frente