VOCES DE MI COPLA
IV - ZINC
#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #LaEstaciónTotal (1923-1936)
Estábamos jugando con Platero y con el loro, en el huerto de mi amigo, el médico francés, cuando una mujer, desordenada y ansiosa, llegó cuesta abajo, hasta nosotros. Antes de llegar, a...
No recordar nada... Que me hunda la noche callada, como una bandada blanda y acabada. (Que no quede nada...
¡El pozo!... Platero, ¡qué palabra tan honda, tan verdinegra, tan fresca, tan sonora! Parece que es la palabra la que taladra, girando, la tierra oscura, hasta llegar al agua fría. Mira...
Tú, Platero, no has subido nunca a la azotea. No puedes saber qué honda respiración ensancha el pecho cuando al salir a ella de la escalerilla oscura de madera se siente uno quemado en ...
Yo no seré yo, muerte, hasta que tú te unas con mi vida y me completes así todo; hasta que mi mitad de luz se cierr… con mi mitad de sombra
En el arroyo grande, que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de hierba y de naranjas. Una niña, rota y su...
Sólo eres tú (aquella tú) cuando me hieres.
No sé cómo irme de aquí, Platero. ¿Quién lo deja ahí al pobre, sin guía y sin amparo? Ha debido de salirse del moridero. Yo creo que no nos oye ni nos ve. Ya lo viste esta mañana en ese...
Soy este que va a mi lado sin yo verlo, que, a veces, voy a ver, y que, a veces olvido. El que calla, sereno, cuando hablo…
Está el cielo tan bello, que parece la tierra. (Dan ganas de volver los pies y la cabeza.)
En el fondo de la estancia un instante nos hallamos; la sombra nos envolvía y nadie quiso mirarnos. Yo sentí que me embriagaba
Entrando en la dehesa de los Caballos, Platero ha comenzado a cojear. Me he echado al suelo.... Platero ha dejado la mano derecha un poco levantada, mostrando la ranilla, sin fuerza y s...
Tú no lo conociste. Se lo llevaron antes de que tú vinieras. De él aprendí la nobleza. Como ves, la tabla con su nombre sigue sobre el pesebre que fue suyo, en el que están su silla, su...
Murió, como un niño, el hijo de tu loco corazón y mi loco corazón. (¡Ay nuestro amor!) No sé si ríes o lloras
La chiquilla del carbonero, bonita y sucia cual una moneda, bruñidos los negros ojos y reventando sangre los labios prietos entre la tizne, está a la puerta de la choza, sentada en una ...