El hombre despojóse de sí mismo, también del cinturón, del brazo iz… de su propia estatura. Resbaló la mujer sus largas medias… largas como los ríos o el cansanci…

Soledad, sí pero tú nunca. Ausencia, pero tú nunca: inmóvil luz sin término

Con las manos se forman las palabr… con las manos y en su concavidad se forman corporales las palabras que no podíamos decir. Ya te acercas otoño con caballos h…

Estaba la mujer con sus dos senos, su única cabeza giratoria, la longitud de su sonrisa, el aire de estar y de alejarse sabiamente… Estaba rodeada de sí misma,

Ahora, amiga mía que una flor de papel preside el a… que el aire se deshace en dulces p… de jadeante miel en tus rodillas, ahora que no hablamos del otoño

Ahora no tienes, corazón, el vuelo que te llevaba a las más altas cum… Lates, reptante, entre las hojas s… del amarillo otoño. ¿Y hasta cuándo en la secreta larv…

No detenerse. Y cuando ya parezca que has naufragado para siempre en… de la luz, beber aún en la despose… en donde sólo nace el sol radiante…

Al amanecer, cuando la dureza del día es aún ex… vuelvo a encontrarte en la precisa… desde la que la noche retrocede. Reconozco tu oscura transparencia,

Se fue en el viento, volvió en el aire. Le abrí en mi casa la puerta grande. Se fue en el viento.

Luego del despertar y mientras aún estabas en las lindes del día yo escribía palabras sobre todo tu cuerpo.

Aquel vientre era para ser observa… pues bajo el cristal cada pequeño… cada rugosidad se hacía multiplicado labio. El amor, demasiado brutal,

El cántaro que tiene la suprema realidad de la forma, creado de la tierra para que el ojo pueda contemplar la frescura.

Por una espesa y honda avenida de árboles que unen en lo alto su copa y pesadumbre el sueño avanza. Abre sus grandes alas,