Érase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Y había también
Toda la noche comenzaba todo, toda la noche amor. Toda la noche claridad y vehemenci… toda la noche amor. Toda la noche llama contra llama,
Algunas veces llego presuroso, rodeo tus rodillas, toco tu pelo. ¡Ay Dios, quisiera decirte tantas cosas!
Noche de los amantes: la seducen los momentos que vive. Ahora se mi… acaricia su cuerpo muy despacio mientras piensa por Dios que aún e… Noche de los amantes; él se acerca…
Se estremeció al contacto de las m… y ofrecía su cuerpo al alfarero que ella siempre anheló: primero e… después el talle luego las rodilla… ¡Oh sí! Mujer de barro que se vue…
Llegan apresurados y nunca dicen p… ni de dónde proceden y enseguida te piden dos mil franc… que casi siempre te han de devolve… o te quitan la toalla sin respeto
El alba. Se oyen los pájaros como perdidos en la niebla; el silencio sube sus cantos a la penumbra de la estancia. El percibe un temblor muy tenue
Todo fue muy sencillo: ocurrió que las manos que ella amaba, tomaron por sorpresa su piel y sus cabellos;
El amante de medianoche, el que ansió que ella le siguiera, el que cuenta las campanadas como un enfermo desahuciado; el que pone cara de cárcel
Aunque los teletipos y la radio y miles de carteles y periódicos sigan con la noticia hasta cansars… alguien, y no los hombres humillad… de América y del mundo, ni los poe…
Alguna noche –las fogatas eran de dolor o de júbilo– la casa te veía desertar. Te abrías a una vida distinta, a un mundo
Digo: comience el sendero a serpea… delante de la casa. Vuelva el día vivido a transportarme lejano entre los chopos. Allí te esperaré.
Llora conmigo, hermano. Era mujer y bella. No tenía nieve sobre los años. De ella, de mí, de todo te separaron. Pero el tiempo
No sabía decirlas, no podía; porque jamás las pronunciará antes… juntas así. La angustia la mataba, imposible aguantar aquel anhelo