(1947)
#Diamante #Doble#EscritoresPeruanos1947DeLima
Amo cierta sombra y cierta luz que… Las casas profundas de los muertos… Y el cabo de la sangre, porque jun… Y hacen de mí un muro que separa l… He visto los rojos campos labrados…
Habitaciones dolientes de esta cas… Cuyas puertas se abren con sed a l… Hay en ellas una madre y una espos… Cuya permanencia en el polvo es co… Plato de frijoles, una nube o una…
Tomar un vaso de agua es una opera… Luminosa. Es comprender de improv… La transparencia del aire Antes de volverse nube Es cubrirse la cara de lágrimas
Todos los objetos del mundo Son horribles pajarracos Que me acechan por doquier En forma de zapatos llantas Platos rotos bicicletas
Después de todo lo que he visto En la vida sigo creyendo Que no hay nada más sencillo Ni más bello Que una botella de vino
Aura suprema, besa mi garganta hel… Confiéreme la gracia de la vida, d… El suplicio de la sangre, la majes… De la nube. Que en cada gota del… Haya tristeza, sombra y amor. ¡Oh…
Todo lo que veo sobre la tierra Me convence que jamás seré un homb… Ni una mujer ni una hormiga Y ni siquiera una persona educada No me corto el pelo ni la barba
De pronto la conversación Se volvió oscura Ninguno de los dos entendió Al otro. Desapareció el teléfono El agua y la luz dieron origen
Puede ser que Dios sea una esfera Tan grande pero tan grande Y a la vez tan pequeña Que nunca podremos verla Ni tocarla. Puede ser también
Toda máquina es inútil De nada sirve multiplicar La mirada o retardar La velocidad del dolor Desde hace millones de años
Cuento los dedos de mis manos y mi… Como si fueran uvas o cerezas y lo… A mis pesares. Multiplico lágrima… Minuciosas gotas de saliva En estalactitas tibias y plateadas
La paz de Octavio Era esa luz azul Que llevaba en la solapa Y que le permitía ver el revés De las cosas. Gracias a ella
La luz que solamente es luz Cuando ilumina una cosa No es luz verdadera. La luz Que pasa velozmente y no deja somb… Que todo lo sostiene y lo anima
Sentado en una silla Con los ojos y las manos en pantal… Veo pasar el río de mi sangre Hacia la muerte Venas cartílagos y nervios
Me siento ante mi mesa servida Levanto una cuchara Sobre mi plato que humea Pero no es mi mano que se mueve Ni mi pensamiento ni mi plato