#1947 #ElSonEntero #EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos
Elvio Romero, mi hermano, yo partiría en un vuelo de avión o de ave marina, mar a mar y cielo a cielo, hacia el Paraguay lejano,
Era una muchachita de carne perfum… con agua de Colonia y jabón de Ca… a quien amé con una pasión vaga y… que nació de unos versos de amor y… Recuerdo que al decirle por primer…
Tú, que partiste de Cuba, responde tú, ¿dónde hallarás verde y verde, azul y azul, palma y palma bajo el cielo?
No sé lo que tú piensas, hermano,… que hay que educar la Musa desde p… fobia sincera contra las cosas de… satélite cornudo, desprestigiado y… Edúcala en los parques, respirando…
¿Puedes venderme el aire que pasa… Y te golpea la cara y te despeina? ¿Tal vez podrías venderme cinco pe… O más, quizás venderme una torment… ¿Acaso el aire fino
Monsieur Dupont te llama inculto, porque ignoras cuál era el nieto preferido de Víctor Hugo. Herr Müller se ha puesto a gritar… porque no sabes el día
Vi el corderito blanco, niño entre los corderos, con un gran tajo rojo desangrarse en silencio. Cerca, en la tarde fría,
Envenenada tinta habla de los mau-maus; negros de diente y uña, de antropofagia y tótem. Gruñe la tinta, cuento,
Hacia China quisiera partir, para hablar con el viejo dragón... —¿Con el viejo dragón? Es inútil partir: El dragón ha partido en avión.
Fueron a cazar guitarras, bajo la luna llena. Y trajeron ésta, pálida, fina, esbelta, ojos de inagotable mulata,
En los dientes, la mañana, y la noche en el pellejo. ¿Quién será, quién no será? —El negro. Con ser hembra y no ser bella,
He aquí la jaula de las culebras. Enroscados en sí mismos, duermen los ríos, los sagrados río… El Mississippi con sus negros, el Amazonas con sus indios.
A veces tengo ganas de ser un curs… para decir: La amo a usted con loc… A veces tengo ganas de ser tonto para gritar: ¡La quiero tanto! A veces tengo ganas de ser un niño
Esta mujer angélica de ojos septen… que vive atenta al ritmo de su san… ignora que en lo hondo de ese ritm… un negro el parche duro de roncos… Bajo la línea escueta de su nariz…
Los turistas en el bar: Cantaliso, su guitarra, y un son que comienza a andar. No me paguen porque cante lo que nos les cantaré;