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#EscritoresEspañoles #Letrillas #Romances (78) LXXVIII
La dulce boca que a gustar convida Un humor entre perlas distilado, Y a no invidiar aquel licor sagrad… Que a Júpiter ministra el garzón… Amantes, no toquéis, si queréis vi…
Hermosas damas, si la pasión ciega No os arma de desdén, no os arma d… ¿Quién con piedad al andaluz no mi… Y quien al andaluz su favor niega? En el terrero, ¿quién humilde rueg…
Culto Jurado, si mi bella dama —En cuyo generoso mortal manto Arde, como en cristal de templo sa… De un limpio amor la más ilustre l… Tu musa inspira, vivirá tu fama
Árbol de cuyos ramos fortunados Las nobles moras son quinas reales… Teñidas en la sangre de leales Capitanes, no amantes desdichados; En los campos del Tajo más dorado…
Al sol peinaba Clori sus cabellos Con peine de marfil, con mano bell… Mas no se parecía el peine en ella Como se obscurecía el sol en ellos… Cogió sus lazos de oro, y al cogel…
Undosa tumba da al farol del día Quien ya cuna le dio a la hermosur… Al Sol que admirará la edad futur… Al esplendor augusto de María. Real, pues, ave, que la región frí…
Érase una vieja de gloriosa fama, amiga de niñas, de niñas que labran. Para su contento
Anacreonte español, no hay quien o… Que no diga con mucha cortesía, Que ya que vuestros pies son de el… Que vuestras suavidades son de arr… ¿No imitaréis al terenciano Lope,
Hojas de inciertos chopos el nevad… Cabello, oirá el Genil tu dulce a… Sin invidiar al Dauro en poca are… Mucho oro de sus piedras mal limad… Y del leño vocal solicitado,
En tenebrosa noche, en mar airado Al través diera un marinero ciego, De dulce voz y de homicida ruego, De sirena mortal lisonjeado, Si el fervoroso celador cuidado
El Conde mi señor se fue a Cherel… Lio el volumen y picó el bagaje, Segovianos de a ocho, buen viaje, Que no os pienso ver más en mi esc… En lebrel convertidos, o en lebrel…
Clarísimo Marqués, dos veces clar… Por vuestra sangre y vuestro enten… Claro dos veces otras, y otras cie… Por la luz, de que no me sois avar… De los dos soles que el pincel más…
Vuela, pensamiento, y diles A los ojos que te envío Que eres mío. Celosa el alma te envía Por diligente ministro,
En villa humilde sí, no en vida oc… Vasallos riges con poder no injust… Vasallos de tu dueño, si no august… De estirpe en nuestra España gene… Del bárbaro ruido a curïosa
Yacen aquí los huesos sepultados De una amistad que al mundo será u… O ya para experiencia de fortuna O ya para escarmiento de cuidados. Nació entre pensamientos, aunque h…