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Larga noche

Noche oscura, ilumíname más,
que un gran amanecer brillante,
ante el dolor que yo no veo fugaz,
sino en mi pecho antoja incesante.
 
Dale a mi alma un poco de paz,
y en vez de un camino espinante
un pozo de agua que sea vivaz
y que nutra el girasol danzante.
 
Muéstrame, no obstante, la salida
aunque parezca fría y lejana
pero en mi corazón sea fluida
como la lágrima de mi cara plana.
 
Enséñame, con el corazón en mis manos,
cómo la luz del alba es peor maestra,
que tú y tus delgados dedos finos,
me orientas siempre a la diestra.
 
Oh, larga noche, que mis ojos,
tristes y ciegos, te dejen de ver,
hasta haber roto los cerrojos,
y mi corazón controlado haber.
 
Que la luz siempre llega nuevamente,
como lo hizo también ayer y antier,
y que sea el loco, ya en mi mente,
quien sea de mi carro el nuevo chofer.
 
Noche oscura, dale a mi alma, muéstrame, enséñame, oh, larga noche, que la luz llega nuevamente.

Nocheoscura dios

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