Fábula
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Cantando la cigarra pasó el verano entero sin hacer provisiones allá para el invierno; los fríos la obligaron
Apacentando un Joven su ganado, gritó desde la cima de un collado: «¡Favor!, que viene el lobo, labra… Éstos, abandonando sus labores, acuden prontamente,
Perseguía un caballo vengativo a un ciervo que le hizo leve ofens… mas hallaba segura la defensa en su veloz carrera el fugitivo. El vengador, perdida la esperanza
Llevado de la dulce melodía del cantico variado y delicioso que en un bosque frondoso las aves forman saludando al día, entró cierta mañana
Sin Rey vivía, libre, independien… el pueblo de las ranas felizmente. La amable libertad sola reinaba en la inmensa laguna que habitaba; mas las ranas al fin un rey quisie…
Una Perdiz en celo reclamada Vino a ser en la red aprisionada. Al Cazador la mísera decía: «Si me das libertad, en este día Te he de proporcionar un gran cons…
Cierto Burro pacía En la fresca y hermosa pradería Con tanta paz como si aquella tier… No fuese entonces teatro de la gue… Su dueño, que con miedo lo guardab…
Todo el pueblo, admirado, estaba en una plaza amontonado, y en medio se empinaba un titerero… enseñando una bolsa sin dinero. «Pase de mano en mano, les decía;
Habiendo a su rival vencido un gal… quedó entre sus gallinas victorios… más grave, más pomposo, que el mismo Gran Sultán en su se… Desde un alto pregona vocinglero
A una Culebra que, de frío yerta, en el suelo yacía medio muerta un labrador cogió; mas fue tan bue… que incautamente la abrigó en su s… Apenas revivió, cuando la ingrata
Estaba un ratoncillo aprisionado en las garras de un león; el desdi… en la tal ratonera no fue preso por ladrón de tocino ni de queso, sino porque con otros molestaba
Lloraban unos tristes pasajeros viendo su pobre nave combatida de recias olas y de vientos fieros… ya casi sumergida, cuando súbitamente
«No sé cómo hay jumento que, teniendo un adarme de talento… quiera meterse a burro de hortelan… Llevo a la plaza desde muy tempran… cada día cien cargas de verdura,
Entre montes, por áspero camino, Tropezando con una y otra peña, Iba un viejo cargado con su leña, Maldiciendo su mísero destino. Al fin cayó, y viéndose de suerte
El tiempo, que consume de hora en… los fuertes murallones elevados, y lo mismo devora montes agigantados, a un raposo quitó de día en día